ella se alista para la hora de la cena, muy elegante como siempre. vestido rojo, un collar de perla y aretes de oro blanco. se ve espléndida; su vestido tan elegante luce como un puente entre el deseo y el delirio. esas perlas adornando su cuello que grita un par de besos con delicadeza. y esos labios tan sensuales en busca de revivir pasiones. un par de tacones muy finos que dejaran huella al dirigirse a esa cita; es impecable su elegancia no hay detalle por alto.
sabe que es una cena importante, que necesita conversar con él; a pesar de tantos conflictos y ese rencor que aún guarda, pero que podría ser arrancado con tan solo un rose de labios.
mientras tanto él hace lo mismo, se prepara para una elegante noche, su traje Armani ajustado a su medida. su reloj fino y elegante. con una colonia para caballeros que encanta a cualquier doncella.
sabe que esa noche debe dejar las cosas más claras que nunca y que deberá conseguir que mariana deje ese récor que tiene por él, después de todo no es culpable de nada, pues aquellas últimas palabras en papel no fueron más que su amor puro plasmado y que se han convertido en un mal entendido, ahora él debe reescribir su historia. no será fácil, conoce a mariana, pero ambos saben que la verdad está dicha y probada.
todo estará al borde de aquellos sentimientos de un amor que aún no muere, hay esa llama de pasión que un momento ambos decidieron encender, tienen ese deseo mutuamente de-
amar; talvez esta vez sea más intenso. solo es cosa que ambos decidan empezar una historia que hasta ahora está en papel. el amor de verdad no muere, tan solo es opacado por el rencor, desesperación, errores y mentiras.
una casa hermosa a la orilla de la playa será el lugar de la cena, las olas del mar se escuchan de cerca, el viento es como una sinfonía al compás de ellas y la luz de luna es como un faro que iluminara esa noche.

para Kenneth es un privilegio que Mariana haya aceptado la cena, él sabe que nada ha sido fácil para ella. por esa razón no la ara perder el tiempo y le tendrá el detalle de la cena en la playa. la noche les ayudara en todo, tienen un panorama que los respaldara y una hermosa historia por reescribir.
ella está actualmente muy relajada pues todo lo que la tenía con la mente ocupada era la empresa, pero ahora ya todo va cuesta arriba. se siente libre como una vez se sintió. ya casi llega la hora, su madre le sugiere usar el mismo perfume que usaba en aquel entonces.
ella con una sonrisa dice; tienes razón madre, es una estupenda idea. como si las coincidencias fueran poco, él toma la misma decisión por sí mismo, y decide usar la misma colonia que una vez uso. se verán radiantes los dos, no por sus atuendos si no por el brillo en sus ojos que tendrán en ese momento que ambos estén a solas.
! Roberto! -Era Mariana llamando al chofer de la familia-
por favor llévame a la cena.
si señorita así será. ¿ya está lista cierto? -pregunto el chofer- si así es, podemos irnos ya.
-respondió mariana-
se dirige a una trampa del destino, sin saberlo se verá envuelta en una pasión de la cual no podrá escapar. esa pasión que la hiso feliz un día, ella no conduce con ideas de caer. pero el pasado ahora está más vivo que nunca; y no perdonara ese deseo que aun duerme en ella.
en cuanto a Kenneth pues el sí está decidido a conquistarla, volver a sonreír por las mañanas con un aroma de felicidad. por ese amor que un día fue y que desea que siga siendo, eran jóvenes sin tanto compromiso en aquel entonces; ahora están dedicados a un trabajo. por su parte un negocio que fue de su padre. y por parte de ella una empresa familiar.
Kenneth aún tiene la idea de hacer una sociedad. así que igual aparte de la cena romántica, también le tiene esa propuesta nuevamente.
finalmente llega ella y su chofer. en la entrada el mayordomo espera por ella para conducirla a la sala en donde esta Kenneth.
¡buenas noches Mariana! -saludo el mayordomo-
buenas noches muy amable. respondió ella- pase adelante, por aquí por favor.
-respondió el-
ella admira el jardín de la casa mientras avanza, las paredes blancas de la casa muy hermosas como vestido de novia, se podía apreciar la decoración a detalle. unas ventanas grandes con vista a la playa, y unas cortinas de color verde olivo, el jardín huele muy bien. Hay flores de varias especies, entre ella las orquídeas y girasoles que tanto le gustan a ella.
él está en la sala, sabe que la señorita ha llegado. esta algo nervioso y no es para menos pues una noche así no la tenía desde hace algunos años. cruzan la puerta, el mayordomo se retira con un gesto de cortesía. de nuevo están ellos dos solos, y esta vez con una velada por delante con miles de cosas por atender.
¡buenas noches Mariana! saludo él; con un sonrisa iluminada-
buenas noches, gracias por la invitación. respondió ella, igualmente con una mirada que iluminaba más que la luna de esa noche.
gracias a ti por venir, eres muy amable. dijo el acercándose a ella lentamente-
no correrás esta vez, ¿cierto? pregunto el muy sonrientemente, ella no pudo contenerse e igual sonrió-
Kenneth la toma de la mano y le ofrece sentarse.
¿quieres algo de vino? pregunto el-
claro está bien. -respondió ella-
él sirve vino de él que ella produce, el mismo que el distribuye.
le sirve la copa, brindo por ti, por esta cita, por tu empresa y por todo lo que la vida nos ha puesto. -comento el viéndola fijamente a los ojos.
hacen el brindis y es allí donde él hace el primer halago, lindas perlas adornando tu elegancia.
-dijo el algo cerca de ella-
muchas gracias tú te vez muy elegante, siempre lo fuiste. respondió Mariana con mucha elegancia.
Kenneth la toma de la mano una vez más, ven conmigo quiero mostrarte algo.
-comento el muy seguro de sí mismo-
la hace pasar a una sala de arte. mira que bellos cuadros, sabes que siempre fui amante del arte. comento él.
si lo sé, nunca olvide tu buen gusto por el arte. respondió ella viéndolo a los ojos-
él sonríe y deja que ella baya apreciando poco a poco cada obra, hasta que se encuentre con una sorpresita.
ella sigue viendo uno por uno los cuadros y dando su punto de vista, cuando de repente ve el cuadro.
la primera sorpresa de la noche. es un cuadro grande hermoso enmarcado en dorado.
ella queda erizada y no dice nada, la sorpresa es algo que la deja sin aliento, emocionada, es la foto de ellos dos. Una que tanto les gustaba a ambos, justamente colgada al centro de todas. Mariana se da cuenta que él era el mismo de antes, que aun guardaba sorpresas para ella, parecía que nada había cambiado, ella se estaba sintiendo en confianza una vez más.
yo nunca te olvide. dijo Kenneth mientras la tomaba de la mano, yo te recordé siempre y nunca quise olvidarte no había motivo alguno para hacerlo. espero puedas perdonar mi ausencia por todos estos años.
creo que no tendría caso seguir con este rencor que me quema el alma. respondió Mariana mientras se aferraba a sus brazos. eso era ya una reconciliación, amenos ya no estarían en rencor. todo estaba cambiando, ella había sufrido tanto por aquella distancia, por la muerte de su padre, por la lucha de su empresa, por el dolor y desesperación. pero ahora el cielo gris estaba tomando sus colores.
gracias Mariana, me hace sentir bien que tú ya no estés más molesta conmigo.
-dijo el-
tengo una sorpresa para ti, ven entra en esa habitación y vístete. es ropa para la ocasión, la cena será en la oriya de la playa lamento no comentarlo antes, pero arruinaría la sorpresa.
-dijo Kenneth-
ella sorprendida, pero aún no sabe la verdadera sorpresa, un detalle de parte de Kenneth aria despejar cualquier duda de su cabeza.
finalmente, ambos se visten y se dirigen a la playa, es allí donde ella puede ver las velas-
todo decorado con rosas. su vino favorito, una dedicatoria en la meza, su aroma favorito y un par de detallitos más.
prepare esto para ti en honor al tiempo aquel en que fuimos muy felices, para pedirte que me des una oportunidad. ahora que sabes que nunca te abandone, fue el destino y será el quien se encargue del resto. ¿qué dices? Comento el-
acepto, tienes razón. tú no eres el culpable de que yo haya sufrido, y por esa razón estoy dispuesta a dejar que las cosas fluyan. pero no prometo mucho tiempo a esta relación mi empresa me necesita. dijo ella con un gesto de preocupación-
descuida yo puedo comprender eso, y ahora que las cosas marchan bien yo aún quiero que aceptes mi propuesta de funcionar las empresas. yo prometo que todo estará bien y será una sociedad justa. -Sugirió el-
no puedo decirte que sí, pero lo pensare a la mejor y si acepto.
-dijo ella sonriendo-
por cierto, ambos usamos las mismas fragancias que solíamos usar antes, dijo ella ruborizada-
si tienes razón, hueles muy bien. dijo Kenneth acariciando su mejía.
¡sabes! está bien toma tu decisión, no hay tanta prisa dijo él; tomándola de la cintura, acercándose poco a poco, besándola muy suavemente luego de tantos años.
FIN.

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