Capítulo #2 palabras en papel.

nuebo ebook

Finalmente llega la hora. Mariana se dirige al lugar de la cita donde tendrá la reunión con el empresario. Ella ignora que Kenneth es el joven del cual un día se enamoró, no sabe que se trata de la misma persona.

Tres de la tarde, lugar de la cita. Esta el señor en su oficina lujosa, con vista a toda la ciudad en los pisos más altos del complejo, tocan la puerta, es ella que se prepara para la sorpresa de su vida. La secretaria abre la puerta, la hace pasar, e inmediatamente sale del lugar.
Él está de espaldas, viendo el panorama de la ciudad. De repente da la vuelta. Mariana por su parte nerviosa, no es para menos debe llegara a un acuerdo y no tiene mucho que proponer. Sin decir ninguna palabra, ambos quedan prácticamente congelados, al instante se dieron cuenta quien era cada quien. Ella tenía de frente al Hombre que posiblemente la podía dejar en la ruina o salvarla, a la vez tenia aquel hombre que un día le hiso mil promesas. Ahora tan solo tenía una realidad.

Jamás pensé llevarme este tipo de sorpresa- dijo Mariana muy nerviosa.
Por lo tanto Kenneth; sorprendido, nervioso y a la vez emocionado. Pues el también una vez se enamoró de ella, el joven le ofrece asiento, sirve café para los dos. Lo siento Mariana yo no sabía que tú eras la mariana a la que yo un día defraude. Respondió el Joven-

-no vine hablar de mis amoríos y muchos menos de pasados- respondió la joven-
Vine a llegar un acuerdo con los tratos firmados por ambas empresas, y yo seré quien cumpla con el contrato de 7 años, pero necesito una posible renegociación.
Kenneth toma asiento, queda en silencio por unos instantes, ambos se ven fijamente, ella quita su mirada y se ruboriza, mientras tanto el joven la mantiene firme como acero, con su mano en la barbilla. Necesito que te relajes, luego de eso podemos hablar. Esto es algo serio y comprendo tu situación, Pero son negocios grandes y necesito que me plantees lo que propones.
Ella recupera el aliento, recuerda que llego allí en busca de una solución, que toda la empresa esta con la fe en ella. Recuerda que debe usar todas sus fuerzas y que no hay cabida para la vulnerabilidad. Mi empresa esta con déficit y está al borde de la ruina- necesito tiempo para poder proveerte los vinos. Mi padre dejo deudas en el banco y debemos salir de tal situación. Respondió Mariana-
Puedo darte algo de tiempo pero necesito cumplirles a mis clientes.
Podría ayudarte con algo de dinero mientras tú avanzas, pero a cambio quiero comprar acciones en tu empresa. Respondió El empresario-
No. De ninguna manera venderé acciones, ni a ti, ni a nadie. Este negocio ha sido de la familia por 7 décadas y no quiero socios en mi empresa. Tú no puedes aprovecharte de mi situación, yo vine por algo de tiempo y no a vender acciones, seré tu proveedor por 7 años, tal y como está en el contrato.
Tu empresa no me ha abastecido en dos meses, y es un producto por el cual ya pague un 60%.
Dame 60 días y enviare los dos meses de producto. -respondió Mariana-
Me gustaría saber si es posible obtener de tu parte el otro 40% para poder cumplirte con lo acordado, de esa manera yo sacare a delante toda la producción y tú obtendrás el producto.
-Kenneth responde- eso no será posible, tan solo llevamos 8 meses y dos de ellos no me cumplieron. Si por la muerte de mi padre.
-respondió la joven-
Y ahora yo tome todo el control, y sé que podre con esto, tengo el apoyo de mi familia, algunos colegas y la gente que siempre ha trabajado con nosotros.
Veré que puedo hacer por ti. Respondió Kenneth- mi empresa también ha bajado el volumen de ventas, y si bien es cierto el vino de tu empresa es muy bueno. He estado pensando en producir mi propio vino, ya tengo mucho tiempo en esto y estoy preparado para hacerlo.

Tú tienes los medios, puedes hacerlo. -respondió mariana-
Pero ya sé por dónde va todo, tú quieres que yo te proponga una sociedad, ¿cierto? pregunto ella-

No sería mala idea funcionar las empresas así trabajamos juntos. Tú te encargas de la producción y yo con la distribución, bajo la marca de ambos obviamente.
-sugirió Kenneth-
Tu idea no me parece mucho, agradezco tu oferta, pero por los momentos no me interesa. Respondió Mariana con una reseña- Kenneth la conocía muy bien, sabía que no era fácil, siempre se salía con la suya. Pero el no despejaba la idea de su cabeza, pues era algo que le convenía, de cierta manera a Mariana también.

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