CAPITULO #1 PASIÓN Y CAFÉ

Estaba sentada y no dejaba de ver a la ventana, sus ojos color miel brillaban en aquel invierno. parecía un cuerpo sin alma, su café ya estaba frio y sus manos cada vez más heladas.
Triste y confundida sin saber que hacer tras aquella angustia que penetraba su corazón. No le quedaba mas que dejar que el tiempo pasara. Eran ya casi las seis de la tarde y estaba por irse, en eso entra un señor de algunos sesenta y cinco años de edad, el siempre llegaba a ese café los miércoles por la tarde, y ella los jueves. pero por alguna razón ella llego ese día.
Después de un par de minutos ella se levantó de la silla donde estaba, y justo al pasar por frente de la meza donde el señor estaba. Su chaqueta rozo el libro que el señor andaba y cayó al suelo. se dio cuenta e inmediatamente lo recogió, con un un lindo gesto pidió disculpas.
Al pasar los días mientras andaba en el supermercado, llego al área de los libros, y noto que justamente había en primera fila un libro con la misma portada que días atrás había visto en el café. Le recordó al señor, pero no tuvo ninguna intención por tomarlo así que se dio la vuelta y siguió con sus cosas.
Ella era una mujer muy disciplinada, preparada y muy hermosa. Pero su tristeza era tan enorme que el brillo de sus ojos era opacado.
En su casa vivía ella sola con su hermana mayor, que también era muy bella pero muy diferente a ella. Su madre había fallecido, y su padre vivía en Europa. Ninguna de ellas tenia comunicación alguna con él.
Un día lunes en hora de almuerzo ella se dirigió al restaurante que acostumbraba visitar.
se encontró con su amiga Mariana que no veía ya hace algunos meses, decidieron compartir la meza y charla de todo un poco, habían sido amigas de la infancia y tenían mucho en común.
Mientras su amiga sacaba el monedero para pagar la comida, ella ve que tiene un libro en su bolso y casualmente era el mismo que antes ella ya había visto.
Esta vez si su curiosidad le pudo, asi que pidió permiso para verlo.
Impresionada al leer el nombre del autor queda sin habla alguna, pues por esas cosas de la vida ella conocía ese nombre, sabia que se trataba de alguien que conoció una vez.
Amiga que te pasa, pregunto Mariana, al ver su rostro plasmado y sin habla. Sus ojos brillosos y casi con una lagrima, ella bajo la cabeza y con un suspiro profundo respondió. – no pasa nada-
Espero verte pronto, toma mi tarjeta y si gustas ven a mi oficina mañana por la tarde. Dijo-un poco pálida y con sus manos heladas.
Ese mismo día, luego de salir de su trabajo, se dirigió a su casa e hiso la rutina de siempre, le gustaba cocinar, pues a pesar de que tenía un estatus económico alto, ella siempre tenia contacto con las cosas del hogar. Después de la cena busco en internet el nombre aquel. habían pasado ya más de diez años que no sabia nada sobre esa persona, que por cosas del destino no estaban más en comunicación.
Era el, el gran amor de su vida, ese que le coloreaba su mundo. El que hacia de ella un mágico mirar al sonreír. -Era el-el autor de lo que parecía un famoso escrito…

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