
Al siguiente día Sofia decide salir con su secretaria Selena, visitan una galería de arte en el centro de la ciudad. A ella le gustan mucho las pinturas, un Psicólogo siempre sabe apreciar las obras de arte. Ella se encuentra con algunos conocidos que también visitan la galería frecuentemente; entre ellos una colega y amiga de hace algunos años.
¿Hola amiga que tal estas? saludo su colega, estoy muy bien gracias, mira te presento a mi amiga Selena trabajamos juntas en mi consultorio, Selena ella es Íngrid Sandoval- dijo Sofia presentando a su secretaria-
Cuando salen del lugar, van por el carro, habían aparcado a tres cuadras del sitio en donde estaban, ella ve una pareja discutiendo están a unos cuantos metros y sus rostros pueden distinguirse, Selena puede reconocer antes que ella; que la mujer es Scarleth y el hombre es Daniel, paciente de Sofia. Ellas hacen como que no vieron nada y suben al carro.
Esa pareja tiene grandes problemas y no podrán con ellos. – comento Sofia a Selena-
tienes razón, esa mujer está loca. ¿tú no conocías a Daniel cierto? Pregunto Selena.
No para nada, de hecho a ninguno de ellos, según ella yo salgo con su marido. Yo nunca los había visto, no comprendo como ella puede pensar que tengo una relación cuando apenas se su nombre. También dice que las terapias Daniel las recibe conmigo desde hace meses.
Debes lograr que ellos tengan una terapia juntos y así aclarar las cosas. -Sugería Selena su secretaria- tienes razón eso es una buena idea y de milagro talvez arreglan sus indiferencias.
Jueves por la mañana, Sofia se encuentra en su consultorio, revisa algunos archivos personales y también de trabajo, puede notar que Daniel llegara ese día a las dos de la tarde, tiene como propósito contarle lo de su esposa, ya que por coincidencias pudo conocerla. no le será fácil contarle que su mujer le hiso una acusación grabe involucrando su vida personal con la de su trabajo como profesional. En ocasiones ella suele preguntar cosas muy personales a sus pacientes ya que es muy necesario para poder brindarles ayuda, en esta ocasión deberá profundizar un poco más, ella quiere ayudar, pero sabe que es una situación muy grabe la que tiene la pareja, y eso sin tomar en cuenta la tremenda confusión de la mujer que ya dejo de ser una extraña, ahora también es parte de la terapia, o el tema principal.
Ella por lo general almuerza fuera, pero este día decide quedarse y comer en su trabajo. Esta vez no tiene tiempo para leer el libro, en vez de ello manda a comprar el que le dará a Daniel para ayudar con la terapia. ¡A estas alturas no habrá libro que le ayude! Dijo ella en su mente-
Debo pensar como profesional, debo centrarme y mantenerle los ánimos. no puedo ser negativa, no los conozco y no puedo ni tengo derecho para decir que ellos no podrán con este problema. Al contrario yo soy la profesional, y es mi obligación hacer bien mi trabajo. Pensó ella en su interior.
Finalmente llega la hora de la cita, llega Daniel. se encuentra en la sala de espera y se ve muy lúcido, está leyendo una revista de negocios que ya traía cuando entro. Selena observa disimuladamente y le manda un texto a Sofia para notificarle que el ya llego.
Mientras tanto él está pensando en si podrá contarle o no; que por error está tomando las terapias con ella. Al pasar quince minutos Selena hace pasar al paciente; el entra y saluda a Sofia, ella también saluda y le hace tomar asiento. Comenta algo sobre el clima para romper el hielo. Él se siente en confianza, ya es la segunda cita con ella, al pasar los minutos entablan una conversación leve sobre la economía y la salud, en eso Daniel ve una pintura en la pared. Es muy interesante esa obra. ¿Dónde la adquiriste? -Pregunto el con mucha confianza- esa pintura es una obra de mi tía- ella me la regalo para mi cumpleaños hace dos años. Mi tía es artista tiene muchas obras ya reconocidas. Dijo Sofia muy alegre al ver que el joven había observado lo que casi nadie Hacia. Para ella es bueno que su paciente entre en confianza, es necesario que se relaje para poder continuar con la terapia.
Si es muy buena, puedo ver como se inspiró desde el momento que empezó hasta que termino, es muy buena obra. -Dijo el- ella queda un poco sorprendida al notar que el joven sabe apreciar el buen gusto por el arte. ¿Cómo tú sabes de pinturas? Pregunto Sofia- él estaba viendo el cuadro mientras ella estaba a su lado. En eso el volteo y la miro fijamente a los ojos, justamente ella hizo lo mismo. Sin querer y sin intención alguna, sus miradas conectaron. El quedo en silencio y ella igual. En eso un ruido los desconecto, fue allí donde él pudo responder a la pregunta.
De pequeño mi padre me enseño ciertas cosas, me enseñó a valorar. me enseño que lo mejor de la vida es gratis. Recuerdo un día mientras me llevaba a pasear. Me comento que las personas pueden ser feliz sin dinero, que bastaba solo lo necesario para serlo. Me aconsejo que jamás dejara mis principios por amor al dinero. Que yo debía creer en mis ideales y que solo así sería un hombre de bien. En ese momento un hombre joven tal vez de veintitrés años estaba al otro lado de la calle con unos pinceles y un lienzo. Mi padre me llevó allí y pidió que dibujaran algo para mí. Desde ese día yo siempre he tenido gusto por las obras de arte, sobre todo las pinturas al óleo.
Sofia no podría creer que un hombre tan educado, tan dedicado al trabajo tuviese tan gran problema en su matrimonio; y que también compartían el mismo gusto por las obras. Es interesante lo que dices, puedo ver que aprecias mucho este tipo de arte y que en realidad aprendiste de tu padre. -dijo la psicóloga mientras sonreía viéndolo directamente a los ojos.
Es obvio que por unos instantes ambos olvidaron la terapia, y que aquel capítulo de emociones rompiendo el hielo eran más que oportunos. De hecho no había mejor terapia que recordar algo del pasado mientras ambos disfrutaban de sus paciones. La vida siempre está poniéndonos a prueba, siempre hay momentos oportunos en momentos difíciles.
Sofia pide a Daniel que se recuesté en el sofá, debe continuar con la terapia.
Espera debo decirte algo. – dijo Daniel algo sonrojado-
Yo no iba a tomar las terapias contigo, yo estoy aquí por error, no sé si deba decírtelo, pero me dieron mal la dirección y no pude dar donde mi hermana me mando. Así que no quise perder el tiempo y pues me quedé aquí. Sofia no dice nada, solo lo ve y sonríe, descuida es normal equivocarse con las direcciones, esta ciudad es grande. Dijo ella mientras tomaba asiento.
De hecho yo también debo confesarte algo, antes que empecemos debo decirte que tu esposa estuvo aquí, ¿se llama Scarleth cierto? El joven queda impactado. Sí así es; ¿cómo lo sabes? Pregunto Daniel-
Bueno ella vino aquí y me hizo acusaciones graves el día de ayer, no sabía que era tu esposa hasta ayer por la noche que los vi discutiendo. Yo iba por mi coche al lugar donde había aparcado, fue entonces donde pude verte, mi secretaria y yo asumimos que era tu esposa, era algo obvio para nosotras. Tu esposa me acusa que tú y yo salimos y asegura que yo te doy terapias a ti de meses atrás.
Dios no puede ser. Se expresó Daniel muy apenado, estaba muy asustado pues estaba muy sorprendido. La terapia se había convertido en una escena de novelas, nada que ver con lo que él esperaba, pero las cosas así estaban.
me disculpo, de verdad siento que ella haya venido aquí a faltarte el respeto. Ese día que tuve la primera cita yo le di la dirección para que llegara, y eso de decir que salimos pues debe ser una confusión. Ella me cela con una amiga que es psicóloga, yo tuve un accidente hace algunos meses atrás y quede traumado. fue algo amargo lo que pasé, así que decidí buscar ayuda y acudí a mi amiga. Desde ese entonces ella ame cela. Debió confundirte con ella, Pues no se conocen.
Para Sofia todo estaba cuadrando, ya todo tenía una explicación clara. Debes hablar con ella y explicar todo a detalle, no necesito problemas, ¿quién los necesita cierto? Dijo Sofia.
Tienes toda la razón, yo le explicare a ella para que tú no estés en este enredo. Y muchas gracias por tu confianza. Dijo Daniel algo pensativo- Relájate ya pasara todo esto, intenta salvar tu matrimonio. -Sugirió Sofia- mira tengo un buen libro léelo te- ayudara con tu pareja, tomaras buenas decisiones al leerlo. Te lo regalo, créeme te ayudara de mucho.
Muchas gracias, eres muy amable, llegar por error a tu consultorio talvez haya sido lo mejor, ni mi amiga que me conoce me hace entrar en tanta confianza. Dijo el joven algo triste.
Continuara…
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